La historia de bronce de la FEC y sus pies de barro

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La Federación de Estudiantes Colimenses (FEC) es uno de los paradigmas de instituciones esclerotizadas que se legitiman en unos orígenes idealizados, como lo es también el Partido Revolucionario Institucional. Pero aún cuando la versión oficialista habla de bases sociales y luchas pasadas, el mínimo escrutinio en la historia del estudiantado colimense desmiente tal mito originario.

Según su página de internet, la FEC nace en 1953 por iniciativa de un estudiante colimense radicado en la Ciudad de México que buscaba organizar al alumnado como allá se hacía, nada más que entre ambas realidades existía una gran diferencia: las organizaciones estudiantiles capitalinas se habían formado para resistir el régimen estatal represor y antidemocrático en torno a una agenda bien definida y con alta politización, no como corporación personalista surgida sin base ideológica ni necesidad histórica local.

La “historia de bronce” de la Federación ha hecho prevalecer la idea de un frente consolidado y homogéneo de estudiantes que ha empujado el cambio democrático en el Estado. No obstante, diversos testimonios y la prensa de antaño echan abajo tal supuesto. A la par del grupo estudiantil antes mencionado, coexistían diferentes colectivos y organizaciones de variado tinte. Según Ricardo Ante, profesor jubilado de la Universidad de Colima, en la década de los 60 había tres grupos estudiantiles que se adjudicaban el nombre de Federación de Estudiantes Colimenses. Cabe que destacar que en 1968, mientras la Universidad de Colima se pronunciaba en apoyo a la represión de Gustavo Díaz Ordaz, según se asienta en la edición del periódico Ecos de la Costa fechado el 10 de agosto de 1968, hubo adeptos a la Confederación de Estudiantes Mexicanos que se manifestaron a favor del movimiento del 68.

Muchas personas que la vivieron recuerdan aún la década de los 70, en la que las movilizaciones de las distintas facciones de la Federación de Estudiantes se hicieron más evidentes y fueron subiendo de tono. Como recoge la profesora Florentina Preciado (2012: 90) “la sociedad tenía temor a los estudiantes”, ya que llegaron a secuestrar unidades de transporte urbano y tomar las instalaciones universitarias. Es la época de los conflictos con las autoridades universitarias y gubernamentales que personajes de la FEC como Moreno Peña, abanderaron. Hay quienes ven en estas acciones un despertar estudiantil y una serie de acciones buscando la democratización de la Universidad y del Gobierno del Estado, no obstante, dejando la ingenuidad aparte, se trataban de riñas de poder y de búsqueda de posiciones políticas para los principales dirigentes. El profesor Ante Villalobos recuerda cómo mandaban intimidar a otros líderes estudiantiles que no estaban con ellos a través de golpes o disparos al aire en actos públicos.

Toda esta confusión concluyó con la colocación de los principales actores en puestos claves de la burocracia universitaria y local. En las elecciones de 1979 obtuvieron dos diputaciones locales y dos federales y en 1980, Humberto Silva, impulsado por este grupo, llegó a la rectoría en donde permaneció hasta 1989. De esta forma se consolida el Grupo Universidad que ha posicionado a sus integrantes y personas afines como dirigentes estudiantiles, rectores, altos administrativos, alcaldes y legisladores, llegando a la gubernatura con Fernando Moreno Peña en 1997. Es también en los 80s cuando esta facción estudiantil se sobrepone a las demás, logrando sofocar cualquier alternativa a ellos y ganando el reconocimiento y la oficialización por parte de la Universidad de Colima.

La FEC actual es heredera de un origen incierto y de pugnas entre tribus por el poder político. Lleva en su ADN el corporativismo oportunista y el camuflaje ideológico, su gusto innato por el oficialismo y su sed de reconocimiento institucional. Por más que se ufane de conseguir descuentos en trasporte urbano para sus afiliados, no puede negar su incapacidad para representar los verdaderos deseos de la juventud colimense. Y dichas características se han hecho más evidentes en los últimos años, pero de eso hablaré en el próximo artículo.

 

FUENTES

Ante, R. (2012). Colima en movimiento, el conflicto social en la década de los setentas. Tesis inédita.

Federación de Estudiantes Colimenses. (2013). Consultada el 11 de abril de 2013 en http://federaciondeestudiantescolimenses.com/n/

Preciado, F. (2012). Cultura e institucionalización del trabajo académico. México: Universidad de Colima.

Trujillo, A. (2012). Demencia senil colimense. Artículo inédito.

 

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