Crítica y exigencia al gobierno actual

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Eduardo Ramírez

 

Los motivos de la presente están fundados con una profunda decepción de la autodenominada oposición mexicana. Gran parte de las críticas que se pueden leer en los diversos medios de comunicación y redes sociales o que se escuchan por las calles son débiles, ya que atienden a la forma y no al contenido. Las críticas más fuertes, de mayor a menor, son las relacionadas con índices económicos, feminicidios, violencia en general y el mal manejo de la pandemia, pasando por la sarcástica rifa del avión presidencial, la cancelación de proyectos acomodados, la supuesta cortina de humo derivada del escandalo de corrupción más grande en la historia de México y la destrucción de las santas instituciones, terminando en la transición al comunismo o la burda adjetivación de los más viscerales, intelectuales o no. 

De las cuales sólo las relacionadas con la violencia me parecen críticas relevantes, el resto son críticas superficiales fácilmente sometidas a términos relativos y/o subjetivos por grupos de interés. Por tanto, expondré algunas situaciones que el gobierno en turno podría mejorar de manera exponencial, además de cambios sustanciales en la cultura de violencia.

La primera está relacionada con una cierta obsesión con el petróleo, la cual es completamente comprensible si consideramos que el petróleo y la industria automotriz hacen girar la economía mundial. No obstante, todo el dinero que se va a invertir en recuperar, restaurar y limpiar PEMEX bien podría servir para fomentar la puesta en marcha de las energías renovables en México, es decir, mover el alfil para las siguientes jugadas en el escenario nacional y global. Esto, evidentemente, requeriría de gente altamente especializada en estos temas, lo que lleva al siguiente punto.

El desarrollo de un aparato científico y tecnológico capaz de mantenerse a la vanguardia de nuevos descubrimientos y nuevas técnicas que finalmente favorecerán a todos, y cuando digo todos me refiero a todo ser vivo y todo ecosistema. Sin embargo y como ya casi es ley histórica, la cerrazón de algunos pocos determinará la de vida de la gran mayoría.  Lo más probable es que no se obtengan resultados inmediatos como se desearía, lo cual puede ser una de las principales causas para que los gobiernos no inviertan en ciencia, no obstante, es necesario hacerlo si queremos perpetuar como especie. Invertir en ciencia es de las mejores inversiones que cualquier Estado puede hacer; mejor que esto sólo la generación de conocimiento en sí misma. Claro, sin caer en los errores de una tecnocracia. Entonces, el apoyar a este gremio e impulsar las energías renovables son acciones que no tendrían resultados a corto plazo, pero a largo plazo recuperaría con creces el tiempo, dinero y el esfuerzo invertido.

Última crítica de la presente y quizás la más polémica ¿Qué nos hace pensar que los pueblos originarios quieren el tipo de progreso que ofrecen las sociedades capitalistas? Esto en torno al Tren Maya. Por un lado, entiendo que desde la perspectiva típicamente occidental el sur del país ha sido olvidado y no ha recibido la bendición del dinero, sin embargo, el EZLN y los pueblos originarios no piensan lo mismo. Ellos quieren proteger la naturaleza, desarrollarse en su propio sistema y no ser arremetidos por eso, petición estructuralmente difícil de cumplir, dados los orígenes competitivos y no cooperativos del sistema impositivo global actual. Aquí lo que está en riesgo más que las consecuencias ambientales y económicas que susciten inmediatamente al terminar el Tren Maya son las consecuencias a largo plazo que esto traería, ya que el género humano civilizado y de pensamiento de masas, siendo como es, llevaría cerca de las vías férreas negocios, industria, minería, hoteles y posteriormente lujosas colonias, que con el paso del tiempo irían creciendo hasta confirmar el pronóstico destructivo del EZLN.

En un segundo la crítica se convierte en exigencia individual y nacional. Si bien es cierto que la gran huella que dejará el gobierno actual será la de la lucha contra la corrupción, no por esto se deben olvidar otras áreas importantes. Por ejemplo, el hecho de que se vayan a desaparecer fideicomisos originalmente destinados a ciencia, cultura, arte, crisis por desastres, víctimas de violencia entre otros, por haber sido sometidos a mal manejo, este apoyo económico tiene que reaparecer en forma honesta e incluso en mayor cantidad. En concreto, la exigencia es por país ejemplar que pueda convivir y cooperar con otros ecosistemas y con otras sociedades sin la necesidad de estar invadiendo a unos o a otros, donde las interacciones dejen una ganancia material y cultural por mitad para cada parte.