No hace falta abundar sobre las corruptelas cometidas por el ex gobernador Mario Anguiano Moreno durante su sexenio. Los desvíos millonarios de dinero, las frecuentes denuncias por acrecentar su patrimonio de la noche a la mañana, y las trampas electorales cometidas durante la elección a gobernador del 2015 para beneficiar a Ignacio Peralta, son conocidas por todas y todos los colimenses; sin embargo, contrario a lo que todos pudiéramos pensar, todo parece indicar que el ex gobernador no siente ningún remordimiento.
Ha sido una cantaleta de los actores políticos de MORENA que el día 1 de Diciembre de 2018 la corrupción terminó, empero hasta ahora hemos visto muy pocos casos en los que se castiga a funcionarios que saquearon las arcas públicas. El caso más conocido probablemente sea el de Rosario Robles, secretaría de estado durante el mandato de Enrique Peña Nieto, pero fue de ese caso, que más bien parece un ajuste de cuentas personal, no existe ningún otro asunto donde el gobierno federal pueda presumir haber sancionado penalmente a un ex funcionario público corrupto de alto nivel, siendo que en campaña, Andrés Manuel López Obrador así calificaba a todos y cada uno de los integrantes de otros partidos políticos.
Resultan muy conocidos actos de corrupción en los últimos años, cuyos protagonistas se encontraron o aún se encuentran prófugos de la justicia, tales como los casos de Javier y Cesar Duarte, el primero en prisión desde el sexenio pasado y el segundo prófugo pero con orden de extradición, así como los famosos casos de la Casa Blanca de Peña Nieto, Odebrecht, los Moreira en Coahuila, Fidel Herrera en Veracruz, los nexos con el narcotráfico de Fausto Vallejo, entre muchos otros, en los que algo es muy claro, el común denominador o las similitudes entre todos estos, es que todos y cada uno de ellos se vieron obligados a salir de la escena política por la magnitud de las acusaciones en su contra. De muchos de ellos no se sabe absolutamente nada, prácticamente su estrategia fue quedar en el olvido.
Es por esto que me impresiona tanto el asunto del ex gobernador Mario Anguiano, que a pesar de ser tantas veces señalado por sus actos de corrupción, sigue apareciendo en la escena pública demostrando muy poco temor a la justicia, e insinuando que a él las autoridades le hacen lo que el viento a Juárez. Ni los órganos de impartición de justicia ni mucho menos el Congreso del Estado han podido quitarle la sonrisa con la que año tras año se pasea en sus carísimos caballos y aventando billetes a los asistentes de las cabalgatas de Villa de Álvarez, dinero que muy probablemente salió de los bolsillos de los contribuyentes y que al final, terminaron en las manos de uno de uno de los más grandes saqueadores del pueblo de Colima.
Mario Anguiano reta frontalmente a las autoridades mexicanas, reta sin ningún temor al Congreso del Estado, al sistema de justicia penal mexicano, pero sobre todo reta al tan desgastado discurso presidencial del combate a la corrupción del presidente de la República y de la 4T. Solo el tiempo nos dirá si Mario Anguiano será sancionado como debe ser o si se reirá toda la vida en la cara de los colimenses y de la 4T. Mientras tanto, tendremos que seguir aguantando verlo en las cabalgatas, tomando tequila, aventando billetes y burlándose de nuestra inteligencia.