Distingue UdeC a Salvador Cienfuegos, quien obstruyó investigación de los 43

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El año pasado Salvador Cienfuegos Zepeda impidió que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) interrogara a los militares del Batallón de Iguala sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Ahora, la Universidad de Colima lo nombró Maestro Universitario Distinguido por su «trabajo en favor de los derechos humanos».

En el evento realizado esta mañana en el Teatro Universitario, el rector José Eduardo Hernández Nava reconoció al titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por su desempeño “siempre leal, disciplinado y patriótico» y lo felicitó por su “compromiso permanente con las mejores causas y los más altos ideales de nuestra sociedad”.

El 6 de octubre de 2015, en entrevista con Televisa, Cienfuegos declaró que no permitiría que «interroguen a mis soldados».

«Nosotros solamente respondemos a las autoridades ministeriales mexicanas, el convenio que hace el gobierno con la CIDH, en particular con el grupo de expertos en ningún momento dice que pueden interrogar, no es posible, las leyes no lo permiten. No me queda claro ni puedo permitir que interroguen a mis soldados que no cometieron hasta ahorita ningún delito«, comentó.

La semana pasada, la periodista Anabel Hernández presentó su libro La verdadera noche de Iguala donde relata que, por órdenes de un capo, los militares de esta zona operaron para recuperar un cargamento de heroína valorado en 2 millones de dólares, el cual estaba oculto en dos autobuses tomados por los normalistas la noche del 26 de septiembre de 2014.

Asimismo, el General es señalado por haber ocultado la ejecución extrajudicial de entre 8 y 15 personas en Tlatlaya, durante un enfrentamiento entre militares y presuntos delincuentes el 30 de junio de 2012.

De igual forma, en su libro México en Llamas (Grijalbo, 2012) Anabel Hernández escribió que «sobre la carrera militar de Cienfuegos se cuestiona su paso por Guerrero, cuya estancia coincidió con el crecimiento del cártel de Sinaloa, y muy particularmente, del cártel de los hermanos Beltrán Leyva».