Uno de los episodios más controvertidos de Ignacio Peralta como presidente municipal de Colima, fue cuando pese a la protesta de miles de colimenses, permitió que la empresa La Marina fulminara un pulmón verde de la ciudad para realizar obras de ampliación de esta tienda departamental.
El trienio de Nacho como alcalde también estuvo marcado por una idea poco brillante: montar una pista de hielo en el parque Hidalgo para celebrar la tropical navidad colimense. Según declaró el entonces presidente del comité municipal del PAN, la pista de hielo dejó un déficit de poco más de un millón de pesos a las arcas del Ayuntamiento.
Las deudas que dejó el newyorkino proyecto fueron pagadas con recurso recaudado por el derecho a alumbrado público, un gravamen de por sí rebatido por ser inconstitucional, pero que se mantiene porque supuestamente se invierte en infraestructura.
Por un lado un ecocidio que aumentó la vulnerabilidad ambiental e impactó en la calidad de vida de los colimenses, por otro un absurdo geográfico que generó déficits para las arcas públicas.
Ya como gobernador del Estado, una de las primeras acciones de Ignacio Peralta fue regalarle a la élite empresarial colimense dos decretos: uno que elimina impuestos a las escuelas privadas y otro que facilitaría a los dueños de Cómo Vamos Colima destinar parte de sus impuestos a autofinanciarse. El primer decreto lo aprobó el congreso y el segundo está en la congeladora.
El argumento para eliminar el impuesto a la educación privada fue que con esto se mejoraría la calidad de la educación. Yo dudo mucho que escuelas como el ICEP, el Instituto Atenas, la Univer, y otras tantas instituciones educativas que no cuentan con gran prestigio, invertirán sus nuevas ganancias financieras en contratar profesores calificados, en mejorar las condiciones de su personal y ofrecer mejores condiciones de aprendizaje a los estudiantes. El resultado de esta política la veremos al tiempo.
Ahora que el gobierno del Estado anunció la modernización del Parque Regional por la vía de la inversión privada Nacho se está ganando a pulso una imagen de privatizador ineficiente. No sólo ejecuta políticas que van reduciendo los bienes colectivos, sino que además, parece que bajo su mano los negocios de unos pocos terminan en pérdidas para todos (algo no muy distinto de lo que su antítesis Mario dejó como herencia).
Es cierto que el Parque Regional está horrible a pesar de las millonarias inversiones que han hecho los últimos gobernantes. Pero yo no sé si la solución sea convertirlo en zoológico, pues de por si el espacio parece no ser suficiente para los pobres animales a los que les toca vivir ahí en terribles condiciones.
Un espacio que podría ser aprovechado por skaters, clubs deportivos o agrupaciones culturales, ahora será convertido en un ecopark que no promete mucho. Dudo que los turistas vengan a Colima por un hechizo zoológico con 700 animales apretujados en unas cuantas hectáreas ¿Por qué se escogió ese proyecto y no otro? ¿Por qué esa empresa? ¿No colapsará el tráfico con los miles de visitantes que se esperan? ¿Se producirá algo ahí que genere rendimientos al Estado?
Lamentablemente no conocemos nada del proceso por medio del cual se tomó la decisión. No se trata sólo de políticas de privatización, sino que hay una privatización de las políticas públicas. Si hubiera sido real el vociferado proceso de planeación democrática para idear el futuro de Colima creo que el gobierno de Peralta tendría mejores ideas y generaría menores disgustos a la gente. Vivimos en una época donde no se puede gobernar con susurros al oído, mucho menos si estos vienen de los cuates y los vendedores ambulantes que trabajan en pasillos de gobierno.