El Plan Estatal de Desarrollo 2016-2021 (PED), presentado por el gobernador José Ignacio Peralta Sánchez y aprobado por la Comité de Planeación Democrática para el Desarrollo del Estado de Colima, en su primera sesión ordinaria de fecha 9 de agosto de 2016, se encuentra disponible –en PDF– en la página de Gobierno del Estado.
El H. Congreso del Estado de Colima LVIII Legislatura, mediante el Decreto 141, por el que emite su opinión respecto al PED, reitera que éste “traza el rumbo a seguir para convertir a Colima en la entidad que brinde el mayor bienestar económico y social a sus habitantes, con base en un gobierno honesto y transparente, responsable y eficiente” (citado del PED 2016-2012); un gobierno que omite el adjetivo “abierto”, pero incluye el de “eficiente” creando, de entrada, una distancia entre él y sus gobernados.
El PED está integrado por 239 páginas y tiene como anexo dicho decreto, firmado, curiosa y coincidentemente por las representaciones de las mayorías: por un diputado del PAN, un diputado del PRI y un diputado de los autodenominados “independientes”.
Al iniciar la lectura del PED, podemos observar que contiene una linda portada; en la siguiente página, en el centro y muy bien presentado en blanco y negro, el logo del Estado de Colima. Enseguida aparece una fotografía del Gobernador José Ignacio Peralta Sánchez, tipo Peña Nieto; sí, ésa donde el personaje aparece súper grande con relación al escenario, con todo y photoshop, muy guapo él. Luego, podemos ver la fotografía con fecha 9 de agosto de 2016, donde un Comité, creado ex profeso, levanta la mano como señal de aprobación.
En primera instancia, me parece muy preocupante se apunte que dicho documento es producto de un ejercicio en el que “…participaron 4,965 ciudadanos en 16 foros de consulta donde, en conjunto con expertos, representantes de la iniciativa privada, del sector social, de la academia, del gobierno, definieron demandas y necesidades de los colimenses”, por las graves afirmaciones equivocadas o metas erróneamente planteadas.
El documento está conformado por 3 ejes: Colima competitivo, Colima con mayor calidad de vida y Colima seguro. Igualmente, por 3 ejes transversales: Colima, con un gobierno efectivo y transparente; Colima por la igualdad; y Colima sustentable. Sin embargo, en la introducción firmada por el Gobernador no marca la diferencia entre los 3 primeros ejes y los ejes transversales, lo que hace suponer que los primeros serán “transversalizados” por los segundos.
Si tomamos en cuenta que transversalizar de acuerdo a la RAE, significa: “… 5. Adj. que atañe a distintos ámbitos o disciplinas, en lugar de a un problema concreto. Estudio transversal” (¿o qué transversalizan?); saltan a la vista incongruencias en los puntos de partida de cada Eje, es decir, diagnósticos aislados, contradictorios; además de elementales, con poca o nula reflexión para la construcción de la visión global. Por ello, los denominados Ejes transversales se reflejan como otros ejes, de tal manera que si no fuera por el nombre, de facto, serían 6 Ejes.
Considero que hay una necedad de los economistas de medir al Estado con porcentajes en relación a la situación nacional, en vez de observar, analizar y discutir, para definir el perfil real de Colima; o mejor dicho, identificar la personalidad de nuestro Estado y cómo fortalecerlo y hacerlo vigoroso, de tal manera que la gente encuentre y sienta el orgullo de su aportación a un proyecto que construye el futuro de Colima y, por consecuencia, respete a sus gobernantes.
Cuando se desarrolla un Plan Estatal de esta naturaleza –aunque sea de corto plazo– se deben realizar foros reales de expertos y expertas que fortalezcan la autocrítica por un lado, y por otro, recabar la percepción de la gente; no como ocurrió en los foros improvisados y a modo para cumplir solamente un trámite administrativo o como un intento de legitimar esas actividades, porque el riesgo es lo que vemos en este documento: ejes verticales, pobreza en los diagnósticos, alejado de la gente, y tímidamente construido.