Durante casi 20 años, la Universidad de Colima ha contratado trabajadores del campo en Tecomán con salarios bajos, jornadas largas y sin las prestaciones labores correspondientes.
En entrevista con Perriodismo, siete de los nueve trabajadores afectados denunciaron que por sus actividades en el campo la Universidad les paga 3 mil 900 pesos mensuales, lo cual es prácticamente la mitad de los 7 mil 136 pesos que recibe un empleado de servicios generales.
«No estamos de acuerdo con el salario. Es muy poco. Yo tengo más de diez años (trabajando) y nomás me aumentaron 10 pesos en el tiempo que tengo, estamos ganando 130 pesos por día, eso no es justo, queremos que nos apoyen», dijo Carmelo Ávalos.
Los obreros dijeron que actualmente firman contratos por tres meses y no gozan de ninguna prestación laboral como lo hacen cientos de trabajadores universitarios. Expusieron que la institución educativa les otorga únicamente una semana de vacaciones y, en ocasiones, se niega a otorgarles los días festivos.
«Son vacaciones muy forzadas, nomás una semana, una semana por año. Somos muy humillados por compañeros no tenemos muchas cosas que ellos sí tienen, (somos) discriminados entre trabajadores», comentó Joel Rodríguez.
«Queremos un buen beneficio para todos los trabajadores del campo, somos los que más le ponemos entusiasmo en el trabajo, no nos rajamos en cualquier cosa que nos digan lo hacemos, somos positivos», añadió.
El horario laboral de los trabajadores es lunes a sábado de 6:30 de la mañana a 1:30 de la tarde, con excepción de los sábados que salen a las 12 del medio día.
En febrero pasado, los trabajadores enviaron un oficio al Rector Eduardo Hernández Nava solicitando mejores condiciones laborales. Sin embargo, aseguraron que únicamente recibieron amenazas por parte de Elías Flores García, abogado general de la Universidad.
«Elías Flores nos comentó que si el quiere nos rompía el contrato y se acababa todo. Le hiciéramos como lo hiciéramos, que no le hacíamos nada», afirmó Javier Valencia.
Joel Rodríguez también manifestó su rechazo con la contadora Lorena Hernández Ruiz por haberle descontando dos días como castigo y con su jefe directo Jorge Ávila por prepotente.
Los afectados son: Carmelo Ávalos con 12 años de servicio; Javier Valencia, con 14; Joel Rodríguez, con 8; Ignacio Gaytan, con 20; Franciso Javier Mendoza y Raúl García Flores, con 3 cada uno; y, Francisco Campos Benitez, con 9 años.