Las campañas han terminado y me pone de buenas saber que por fin descansaré de los molestos mensajes y llamadas de “Noticol” que lo único que provocan es que uno se pregunte ¿Quién le vendió al PAN nuestros teléfonos sin que nosotros lo hayamos autorizado?, pero bueno, eso es harina de otro costal, lo que realmente me pregunto es ¿De dónde saca sus asesores y mercadólogos políticos Nacho Peralta? Porque me parece que lo están timando.
Desde que comenzó su campaña para la elección extraordinaria y justo a 3 días de que se desarrolle la jornada electoral, lo único que él y su partido han reflejado es desesperación y preocupación por la palpable posibilidad de que por primera vez tras 86 años de gobiernos priistas, se de la alternancia que tanto le urge a nuestro estado, y no por simplemente cambiar de color, sino porque en Colima, el PRI ha tejido sus raíces de manera profunda en la mayoría de las instituciones y organizaciones de nuestro estado.
El primer error importante que considero evidencio su miedo real a perder la contienda, fue el haberse aliado con tantos partidos satélite que lejos de fomentar la sana competencia y mejorar la política a nivel local o federal, se han convertido en una carga para los mexicanos que debemos destinar recursos a su supervivencia y que al final de cuentas, su preocupación no es trabajar por su gente, si no subsistir para poder seguir viviendo del erario. Ahora “Nachito” compite con el PRI, PVEM, PT, PANAL y estuvo a nada de bordarle el logo del PES a su camisa.
El segundo error que me parece derivó de la necesidad de mostrar que él y el PRI son cosas distintas (lo cual es evidentemente falso), fue haberse contradicho de las declaraciones donde primero lanzaba flores hacia Mario Anguiano, al cual ya le había cuidado la espalda antes y después le lanzó fango lo más que pudo, e incluso alcancé ver algunos spots donde no se mencionaba al PRI ni para cerrar con su logo. Y me pregunto ¿Acaso creyó que a estas alturas se nos iba olvidar su profunda relación con su partido y sus “ilustres” integrantes?.
No obstante, un tercer error fue tratar de replicar la estrategia que utilizo nuestro erudito mandatario Enrique Peña Nieto para ganar la presidencia de la república hace 3 años, en la que firmó sus compromisos de campaña ante notario público. Este error tiene dos malas consecuencias, una, confirma la percepción de su estrecha relación con Peña Nieto y la supuesta imposición que se desea concretar en nuestro estado, y dos, que trató de dar confianza a los ciudadanos con una táctica que no ha sido eficaz en su cumplimiento, pues hasta ahora, a medio sexenio, solo el 19% de las promesas firmadas han sido cumplidas.
Desafortunadamente, en la elección que más cerca se ha visto la alternancia, el candidato que estuvo a casi nada de ganarle en la elección ordinaria, no es para nada la mejor opción para nuestro estado, el PAN tiene mucho mejores militantes que pudieron dar congruencia a su recurrente discurso de que son quienes vienen a cambiar para bien aquello que el PRI ha hecho mal, siendo que su candidato está hasta el cuello de acusaciones sobre desvíos de recursos, trata de personas, corrupción, sobornos, tráfico de influencias y hasta vicios personales.
Estas últimas dos campañas parecen sacadas del programa de Laura Bozzo, donde vemos al Jorge Luis Preciado y a Ignacio Peralta, acusarse mutuamente mientras se muerden la lengua, además, ambos se aprovechan de la necesidad de muchas personas a las que les prometen ayudarlos, aun cuando campaña tras campaña se les ha dejado con la mano extendida. Me parece que esta vez, no debemos dejarnos deslumbrar por dos candidatos que son dos ramas del mismo árbol.
Es por esto, que humildemente los invito a reflexionar el voto que pondremos el próximo domingo en las urnas, a hacer conciencia y quitarnos esos revanchismos partidistas, para poder reconocer que existe una tercera opción que si ha demostrado con trabajo querer y trabajar por su pueblo, Locho Morán es la verdadera opción de acabar con los malos manejos y sanar las finanzas de nuestro estado. Si no tomamos esta oportunidad, no tendremos derecho a quejarnos de haber puesto de nuevo en manos de los mismos “villanos”, el futuro de nuestras familias y nuestro futuro mismo.