La encrucijada del magisterio colimense

0
2907

Bitácora reporteril

El magisterio colimense está en la disyuntiva de radicalizar su movimiento disidente contra la Reforma Educativa, a través del paro ilegal de labores el próximo ciclo escolar o, por otro lado, confiar en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en la búsqueda de las estrategias jurídicas para el perfeccionamiento de la ley del Servicio Profesional Docente.

El primer camino lo lleva hacia sendas ya transitadas por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) –ala disidente del magisterio sindical del SNTE—y a la pérdida del respaldo de los padres y madres de familia, que por ninguna causa antepondrán el derecho a la educación de sus hijos y el cual se verá afectado si no inicia el ciclo escolar con normalidad.

La otra senda de esta encrucijada es la menos popular pero es, al final de cuentas, la correcta: que el magisterio colimense confíe en su sindicato y en su palabra de que ninguno de sus derechos laborales serán afectados. Y apoyar a la autoridad sindical en la estrategia jurídica para que la Ley General del Servicio Profesional Docente se aplique de una mejor manera y con 100 por ciento de transparencia.

La respuesta no está en las calles, sino en los tribunales, y sobre todo en una estrategia jurídica seria, responsable y legal; no como la que presentó la CNTE hace unos meses y que los magistrados batearon, por carecer de fundamento y perjudicar el derecho de las niñas y niños a recibir una educación de calidad.

Dos puntos:

Colima cuenta con un magisterio capaz: de los 314 docentes que presentaron el concurso de promoción a cargos de director, supervisor y asesor técnico pedagógico, a principios de este mes, el 60.19 por ciento, es decir 189 maestros y maestras, alcanzaron un resultado favorable dentro de las categorías A, B y C.

El resultado es positivo porque se coloca arriba de la media nacional, donde el 46.81 por ciento de los docentes que participaron en esta evaluación dieron como resultado no ser idóneos, mientras que en Colima el 39.8 por ciento (125 docentes colimenses) se encuentran dentro de esta categoría.