Según la RAE el terrorismo es el actuar criminal, que reiteradamente, por lo común de modo indiscriminado pretende crear alarma social con fines políticos. La violencia generalizada en el país se ha convertido en parámetro de nuestra realidad, son las fuerzas estatales las que en innumerables ocasiones se han visto involucradas tanto en desapariciones, como en ejecuciones extrajudiciales, tanto de civiles presuntamente involucrados con el crimen organizado, como en situaciones donde ni siquiera cabe esa presunción.
El domingo 19 de julio alrededor de las 10 de la mañana fue detenido el líder de las autodefensas de Aquila, Semeí Verdía, coordinador de los grupos de autodefensas de los municipios de la región de la costa-sierra de Michoacán, se trata de un líder natural electo por una asamblea indígena de una zona que desde hace más de 5 años se encuentra sumida en el hostigamiento de grupos criminales, de fuerzas del estado y grupos económicos con intereses en la explotación de los recursos naturales del lugar.
La fuga del jefe del cartel de Sinaloa en fechas recientes nos muestra claramente el fracaso en cuanto al enfoque frontal que se le ha dado a la lucha contra el crimen organizado, nos deja ver que el uso de la fuerzas armadas representan el fracaso y la descomposición del Estado, a esto sumamos el indeleble estigma de la corrupción que abarca casi completamente las estructuras del estado.
El uso de las fuerzas armadas, las policías de los distintos niveles de gobierno van enfocados más bien a realizar acciones de hostigamiento y de presión social hacia líderes y movimientos sociales, el uso de asesinatos selectivos de civiles que se hacen pasar por delincuentes, la violación flagrante del Estado de derecho.
Ahora bien, en el contexto de la aplicación de un violento paquete de reformas estructurales que en condiciones normales de seguridad democrática, la mayor parte de la población hubiera rechazado, entonces para aplicar dichas reformas fue necesario crear condiciones de shock, donde la posibilidad de respuesta de la población sea anulada con tácticas de guerra de baja intensidad y terrorismo de estado.
La detención de Semeí Verdía representa un golpe al reciente referente moral de las autodefensas, también muestra el discurso gubernamental de mantener el desorden establecido sin importar que se violen derechos humanos, que se aplique el estado de excepción a zonas y regiones de manera cada vez más descarada. El nacimiento de las autodefensas se da en respuesta a las acciones de grupos criminales que, desde hacía tiempo, habían superado al Estado y sus instituciones en una gran parte de Michoacán.
El doctor José Manuel Mireles, continúa preso, de igual forma Nestora Salgado, Mario Luna y así una larga lista de personas que bien podrían categorizarse como presos políticos. En un país que aplica el terrorismo de Estado no hay condiciones para la democracia, pero aun así, partidos y actores políticos siguen empecinados en legitimar un sistema feudal que funciona con cotos de poder.