Contra los malos gobiernos y exigiendo justicia y libertad para los pueblos indígenas, la Caravana Nacional por la Defensa del Agua, el Territorio, el Trabajo y la Vida, encabezada por la tribu yaqui marchó por las calles de Colima la tarde de ayer.
Congregados en el parque de la Piedra Lisa, poco después de las seis de la tarde el contingente estaba listo para salir con rumbo al Jardín Libertad.
Miembros de la tribu yaqui, triquis y guarijíos de Sonora, así como integrantes de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación y del Sindicato Mexicano de Electricistas, marcharon acompañados de niños, mujeres y hombres colimenses que se sumaron a su causa.
Hasta al final del contingente, también los respaldaban habitantes de la comunidad de Zacualpan.
En total, cerca de ciento treinta personas uniendo sus voces a las diferentes consignas, por las mismas calles – Calzada Galván y Madero– que han sido testigo de varias protestas en Colima.
“Hombro con hombro, codo con codo, los yaquis, los yaquis, somos todos”, “El pueblo tiene agua, pero no pa’ la Conagua”, y “Cuando el pueblo se levante, por paz, libertad y tierra; temblarán los poderosos, de la costa hasta la sierra”, fueron algunas de ellas.
Durante el recorrido, también exigieron la libertad de sus compañeros, presos por defender su tierra y su agua: “Presos políticos, libertad”, gritaban. Además de recordar a los 43 de Ayotzinapa.
Mientras la Caravana daba una vuelta al Jardín Libertad, la gente que se encontraba en los bares y restaurantes aledaños, volteó y observó al contingente con curiosidad, sin embargo, un grito de “gol” les hizo perder de inmediato dicha curiosidad y devolvieron sus miradas al televisor.
La Caravana se estableció en una esquina del Jardín, donde dio inicio el foro.
El primero en hacer uso de la voz fue César Cota Tórtola, Capitán de la tribu yaqui de Loma de Guamúchil, en Sonora.
Explicó que el gobierno del estado de Sonora, encabezado por Guillermo Padrés, “está robándose” el agua del río yaqui, para surtir a otras ciudades, olvidándose de que ellos han utilizado históricamente el agua del río para su supervivencia cultural y económica.
En enero del 2010 el gobierno de ese estado inició la construcción del acueducto “Independencia” sin consultar a la comunidad indígena y amenazando con esto su supervivencia.
“Esa agua, de la que quieren despojarnos es de la tribu Yaqui, puesto que nosotros tenemos un decreto presidencial que nos avala como dueños legítimos de esa agua, pero las instituciones no respetan, no hacen valer lo que es la justicia y nuestros derechos como indígenas, nuestros usos y costumbres que también está en la Constitución”.
El hecho de que ahora estén recorriendo el país con la Caravana, tiene la intención de “mover a México, para moverlo con todas las tribus, con todas las organizaciones, con todos los trabajadores, para seguir existiendo en cada uno de nuestros territorios, de nuestros estados, para que nuestra voz sea escuchada y que se haga la justicia”.
El líder yaqui exigió la liberación de Mario Luna, vocero de la tribu, y de Fernando Gutiérrez Jiménez, detenidos el pasado 11 de septiembre del 2014, por lo que Tórtola considera “una motivación política”.
En su intervención, Cirilo Bautista Martínez, dirigente del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT) acusó al Estado de ejercer la represión contra aquellos que “con justicia exigen mejores condiciones de vida, como es el caso de los hermanos jornaleros de San Quintín en Baja California, donde viven más de 10 mil triquis”.
Lanzó una pregunta al aire: ¿Quiénes son nuestros enemigos? El gobierno, el PRI, todos los partidos políticos, indicó.
“Los triquis, como jornaleros agrícolas levantamos la voz en San Quintín (…) ¿Acaso han cometido un delito nuestros hermanos cuando estaban ejerciendo su derecho constitucional como exigir un salario digno, exigiendo la afiliación al seguro social, reclamando la reducción de la jornada laboral conforme a la ley?”.
A decir de Cirilo, ya es momento de poner un alto a “este gobierno corrupto y ratero”, por lo que con la Caravana buscan dejar un mensaje para que haya “una unidad nacional”.
Por su parte, Augusto Reyes, maestro de Oaxaca perteneciente a la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación dijo que los maestros “abrazan y comparten” la convocatoria yaqui, “ya que es la palabra y el entendimiento lo que nos debe llevar a alcanzar una patria mejor”.
Su lucha, expresó, es contra la imposición de una “mal llamada reforma educativa” que a consideración de Reyes sólo desprestigió al magisterio nacional y les restó derechos.
“Porque dicen ellos, que hay evaluar a los maestros, para quedarse con los mejores maestros, cuando tenemos un Presidente de la República que no se sabe ni las capitales de los estados de la República que gobierna “.
Aseguró que llevan 35 años luchando por la democratización del SNTE y por la defensa de una educación verdaderamente pública, y por lo cual seguirán manteniéndose firmes, pese a que “el dirigente de los maestros del país, Juan Díaz de la Torre esté coludido con peña nieto y entregado a sus pies.
En representación del Consejo Indígena por la Defensa del Territorio de Zacualpan (CIDTZ), habló Dionisio Zamora, quien aclaró que el Consejo es totalmente apartidista, ya que consideran que “todos los partidos políticos son iguales“porque sólo velan por sus propios intereses.
“A la hora de dañar al pueblo sólo ven sus intereses y aprueban leyes que dañan a los pueblos indígenas. Van remendando y remendando la constitución (…) ahorita los derechos son para los grandes empresarios, para el capitalismo en sí”.
Contó que desde que ellos comenzaron la lucha en contra un proyecto minero en su comunidad, pudieron darse cuenta que las leyes no se aplican por igual para todos.
“Ellos (los políticos) hicieron las leyes para hacerlas valer con los más pobres, con los que menos tienen. Los ricos tienen dinero y pueden comprar la ley, pero nosotros no podemos”.
Finalmente, del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) tomó la palabra Juan Luis González Vargas, para resaltar la desigualdad en la pensión que recibe un Presidente de la República y la clase trabajadora.
“Hemos visto que con 30 años de servicio, reciben una pensión que no les alcanza para una vida digna, pero qué les parece, Felipe Calderón recibe una pensión de 6 millones de pesos anuales, 500 mil pesos mensuales por darle servicio al país por seis años”.
Por lo anterior, llamó a unir las fuerzas de todas las clases marginadas y a exigir justicia:
“Levantamos la voz con un grito de justicia, justicia para mis compañeros de las diferentes tribus, justicia para clase trabajadora, justicia para todos aquellos que formamos el pueblo”.
Los asistentes despidieron la visita de la Caravana al grito de “Yaquis, hermanos, Colima da la mano”.