Mancilla y Magaña, pequeños parásitos políticos

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Cuando los universitarios hablaban de los estudiantes militantes de la FEC, les llamaban fecos. Sinceramente, yo creía que sólo se hacía alusión a una cuestión meramente despectiva, pero hoy comprendo que agregar la “o” a la FEC es acuñar la palabra OPORTUNISTA. Cuando hablamos de oportunismo, habrá que aclarar que la palabra oportunismo hace referencia a una actitud que aprovecha las circunstancias momentáneas para el propio interés. Eso ha sido la FEC los últimos años, una federación oportunista para los intereses de Fernando Mancilla y su probable sucesor Héctor Magaña, dos simples oportunistas políticos, nada más que pequeños parásitos políticos en la gran rata del poder.

Al paso de los últimos años Fernando Mancilla y su camarilla de porros han encontrado en el estudiantado a su medio de subsistencia por excelencia. Por un lado, encontramos que estos pseudoestudiantes llevan enraizados en la FEC más de un lustro, y Mancilla ya casi 4 años como presidente de la misma. Será que son jóvenes desorientados que no han encontrado su camino, o simples oportunistas vaquetones que no saben de qué más vivir.

Desde los tiempos inmemoriales encontramos que la FEC es la verdadera dictadura perfecta. En ella encontramos a aspirantes de opresor y aspirantes a dictador, pura figurilla fina de Colima. Seamos realistas, sinceros y directos, quien ingresa a la FEC no lo hace por ayudar a sus compañeros, sino por aspirar a un pedacito de cielo que representa la política colimense. Lamentablemente la ingenuidad estudiantil es tal, que los estudiantes que ingresan ahí realmente creen que son importantes, que son líderes, que llegarán a ser grandes. Pero no pueden ni aspirar a la estatura de sus dirigentes y sus dirigentes no pueden aspirar a la grandeza, además, un líder nace, no se hace en elecciones manipuladas.

La defensa real de los derechos estudiantiles ha sido transformada por la FEC en mero oportunismo político, en el cual sus dirigentes se aprovechan de las necesidades de los estudiantes para escalar puestos políticos. Engrosan su lista de simpatizantes y afiliados, credencializando a cuanto estudiante necesite de los descuentos de transporte, monopolizando así el apoyo de los transportistas para sus afiliados. Hacen lo mismo cada año cuando los estudiantes no pueden ingresar a su escuela de preferencia, les canalizan becas en escuelas privadas o les dan una segunda opción en las vacantes universitarias. Todo con el propósito de “ser los buenos”, “los que apoyan a los estudiantes”; pero en realidad son sólo oportunistas aprovechándose de la precaria situación económica estudiantil para beneficiarse.

Nadie gana con un monopolio de descuento al transporte público, más que la FEC, he inclusive le brinda a la misma la oportunidad de atacar a los transportistas cuando les plazca. Claro ejemplo que se ha presentado los últimos días con el incremento a la tarifa del transporte público. La gran mayoría está en contra pero sólo la FEC se aprovecha de la necesidad de los estudiantes para mostrar “poder político”, poder político basado en el oportunismo y el acarreo  de más oportunistas, que ven en la FEC lucro, beneficios de compadrazgo, horas de acreditación, una beca y a veces un simple desayuno simplón.