Políticos millenials haciendo política arcaica

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Hasta el censo del año 2015 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Estado de Colima contaba con una población total de 715,091 habitantes, de la cual el 33.9% representa la población joven -entre los 15 a 34 años de edad-, es decir los Millennials y primeras generaciones de Centennials.

Estas dos generaciones, han sido objeto de críticas por la forma en que se ven al mundo en general, ya que demuestran mayor interés por temas que generaciones antiguas no prestaban, como lo es la salud física, la salud mental, el medio ambiente, la alimentación, diversas formas de economía, así como menos interés por tópicos como la política.

Sin embargo, la realidad es que las nuevas generaciones no dejaron de prestar interés en la política, sino que, al haber sido testigos presenciales de cambios políticos históricos, han modificado el enfoque de cómo se realiza y los beneficios de la misma.

La política joven en Colima parece suspendida, las escuelas de formación de líderes del Partido Revolucionario Institucional y del Partido Acción Nacional ya no son funcionales, Movimiento Ciudadano -la reciente revelación de partido político- está siendo dirigido por las mismas personas que solo brincaron de un partido a otro, los institutos de representación juvenil se han vuelto débiles, sin fuerza política alguna y aquellos jóvenes que dentro de sus mismos partidos buscan crecimiento han sido detenidos por intereses mayores.

No olvidemos a los que “por su cuenta” reparten pepinos, papayas y comidas, en colonias y comunidades a cambio de likes en sus páginas de redes sociales; tampoco podemos dejar de lado a los que ya tiene su hueso, que una vez llegando se les olvida por quiénes y para qué están ahí, y si, lo mismo de siempre.

Entonces ¿Los millennials si modificaron su enfoque hacia cómo hacer política? O ¿son parte de la política arcaica?

Si en 2015 el 33.9% de la población de Colima era ya considerada como electorado y posibles electores, ahora, cinco años después el porcentaje ha aumentado, y no, repartir pepinos y papayas a cambio de aceptación en redes sociales y volverse “influencers políticos”, no es la forma de hacer política en el año 2020.

Los jóvenes se han vuelto más críticos y exigentes, aquellos millennials que incursionan en la política deben saber que, en primer término, la juventud ya no quiere ir a votar porque no cree en la democracia, en segundo, esperan que los innoven con acciones sociales, tercero, no están esperando que les regalen pepinos y papayas.

Innovar en la política requiere trabajar en equipo, requiere ser crítico junto con la sociedad y sobre todo emprender de manera conjunta con demás personas que les interese hacer un cambio en la ciudadanía.

Queda un año para que comiencen las campañas políticas y el tiempo se agota para los políticos millennials que intentan posicionarse haciendo política arcaica, hay muchos sectores por trabajar en la sociedad y mucho que ofrecer a los jóvenes de Colima, que nada tiene que ver con regalar papayas.

Estamos ansiosos de ver caras emprendedoras de política joven, personas que no se sientan todólogas y hagan equipo, porque los retos sociales de los años venideros serán complejos y Colima necesita lideres natos y completos, no lideres insuficientes y arcaicos.