El incremento al precio de la gasolina será un duro golpe a la economía de los mexicanos y como todos sabemos, los precios de todos aquellos bienes o servicios que incluyan transporte (o sea, todos) van a incrementar.
Por consecuencia, la pobreza se va a agudizar, surgirán nuevos pobres, pero también aumentara la delincuencia, porque está comprobada la correlación que existe entre pobreza y el aumento en la delincuencia, es decir, se intensificará otro problema grave y en realidad todo gracias a los impuestos que hay en la gasolina.
Siendo la gasolina un producto tan básico en nuestra economía actual, no debería tener sumado el cobro del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS), sin embargo es precisamente el hecho de que sea un producto tan indispensable lo que hace que sea tan efectivo recaudar dinero a través de ella, tan así que PEMEX llegó a ser la mayor fuente de obtención de recursos para manejar nuestro país.
Sin embargo, el problema real no es que la gasolina sea cara debido a los impuestos que lleva (IEPS e IVA) sino que dado lo hambreados que llegan nuestros servidores públicos a sus cargos, el dinero que le damos al gobierno a través de tantos impuestos no cumplen con la finalidad por la que son arrebatados de nuestros bolsillos.
No es que yo esté en contra de que le estemos dando a Hacienda una buena parte del dinero que nos ganamos trabajando exhaustivamente, no claro que no, de lo que estoy en contra es de lo que hacen con nuestro dinero, es decir, comprarse ilícitamente ranchos, coches y viajes, porque no les basta con sus jugosos sueldos.
Es esto mismo lo que empuja cada día más a trabajadores y a empresas a sobrevivir en la informalidad (no pagando impuestos) en gran medida porque se ahorran mucho no dando parte de sus ganancias al gobierno.
En otra gran medida debido a que está comprobado que nuestro dinero no está siendo usado para mejorar nuestras condiciones de vida en común (creación y mantenimiento de calles, hospitales, escuelas, seguridad, etcétera), sino para el enriquecimiento de pocos.
Ahora con este contexto, el comercio informal va a incrementar (el cual de por si ya representaba el 25% del PIB).
Ante todas las repercusiones que el aumento de precios, la alza del dólar y el robo de nuestras contribuciones van a generar, no es tan criticable que la evasión de impuestos comience a ser cada día mayor ¿a quién le dan ganas de pagar impuestos?
Lo cierto es que el 2017 está generando mucha incertidumbre y ansiedad por la vida que nos espera, trabajar no es garantía de que podamos cubrir nuestras necesidades y hasta pareciera que quienes aprueban todos estos atropellos quisieran en el fondo ver infelices a su gente, y es que con cada vez menos acceso a servicios y productos que nos den plenitud ¿Cómo se puede ser feliz?