En México, se registran dos millones de nacimientos al año, de los cuales alrededor de 400 mil son de mujeres menores de 19 años de edad y 10 mil de menores de 14 años, señaló Germán Fajardo Dolci, director de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En el marco del Día Mundial para la Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes, celebrado ayer, especialistas coincidieron que el embarazo en menores de edad trae consigo conflictos familiares, escolares y personales, además de que afecta el proyecto de vida de las jóvenes.
Cada año en la Ciudad de México se embarazan 76 mil adolescentes. De ellas, 25 mil (33 por ciento) son madres solteras, y 60 mil (80 por ciento) abandona sus estudios, lo cual provoca que este fenómeno se convierta en un “problema de salud pública de graves consecuencias”, expresó Arturo Cardona Pérez, director del Instituto Nacional de Perinatología (INPer).
Anualmente en el mundo se presentan 16 millones de embarazos no deseados y México ocupa el primer lugar en la incidencia de este problema entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Ante ello, Fajardo Dolci consideró que es necesario que familias, universidades, organizaciones no gubernamentales e instituciones de salud trabajen juntos en hacer conciencia y realizar acciones como el Programa de Prevención de Embarazo Adolescente, que se aplica en la Facultad que dirige.
El programa consiste en tres etapas: diagnóstico, intervención educativa, y evaluación y seguimiento. Sus objetivos son identificar la prevalencia, determinar factores y aumentar el conocimiento sobre el uso de los métodos anticonceptivos.
En la primera fase se aplicó un cuestionario entre mil 388 alumnos de la FM, de entre 16 y 19 años. El 62 por ciento del total fueron mujeres quienes revelaron que su primera relación sexual la tuvieron a los 16.5 años. El 87 por ciento de ellas usó condón y el resto recurrió al coito interrumpido, a la píldora del día después o no utilizó algún método.
Para la fase de intervención educativa, diseñaron cuatro módulos que se aplicarán a partir de octubre: sexualidad responsable y uso de anticonceptivos; uso correcto del condón y de la píldora del día después; infecciones de transmisión sexual, prevención y riesgo; autoestima, toma de decisiones sobre la vida sexual y mi proyecto de vida.
Posteriormente, se realizará la fase de evaluación y seguimiento de estudiantes que se extenderá a todo el bachillerato de la UNAM.
Lorena Ferrer Arreola, jefa de la División de Salud Reproductiva del IMSS, celebró la implementación de dicho programa pues indicó que los embarazos tempranos repercuten en la salud de las madres y los niños a través de infecciones urinarias o cérvico vaginales, preeclampsia, eclampsia, hemorragias en el parto, nacimientos vía cesárea y bajo peso al nacer.
(Con información de Aristegui Noticias)